miércoles, 22 de mayo de 2013

El Zoo Humano, de Desmond Morris


En este libro, el autor nos compara a nosotros lo seres humanos (monos desnudos) con animales de otras especies en estado de cautiverio. Desmond Morris analiza la sociedad que el mono desnudo ha ido forjando a lo largo de la historia y las consecuencias que dicho avance ha acarreado a la forma de vivir, siendo esto posible gracias a aspectos únicos que poseemos como especie. A lo largo del libro el autor cita numerosos comportamientos que no son naturales ni salen espontáneos de los animales, incluyéndonos claro. Éstos comportamientos los hemos ido adquiriendo como mecanismo para seguir creciendo y creciendo, viéndonos cada vez en condiciones más similares a las de un animal en cautividad. El autor a lo largo del libro se refiere a la ciudad como el zoo humano y de ahí el nombre del libro. ¿Por qué ese nombre? Desmond Morris sostiene, y a mi parecer es correcto, que el nombre comúnmente usado de selva de asfalto no se corresponde a lo que realmente representa para el ser humano. Nuestro estado, como se dijo anteriormente, se vería mejor reflejado en un ambiente cautivo, como el de un zoo.
A lo largo del libro el autor nos  habla de cómo este mono desnudo pasa de ser un recolector y cazador a un habitante de una “supertribu”, dejando su estado original trival. También dedica un capítulo a cómo varía la forma de gobernar al pasar del estado trival al supertribal y las diferentes formas que emplean los gobernantes para someter a sus súbditos, comparando todo esto con ejemplos muy claros y bien detallados del reino animal. En el libro se menciona extensamente un apartado que concierne al sexo y sus diferentes formas, comparando nuevamente estos aspectos con casos dados en la naturaleza.  Habla además de el porqué se crean grupos diferentes dentro de la misma especie humana y que gracias al establecimiento permanente en un mismo sitio, adquirimos un sentimiento de “defender lo nuestro” frente a grupos extraños. Nos habla de cómo nuestros cerebros han ido evolucionando y cómo las experiencias vividas nos afectan, incluso produciendo efectos en el futuro, marcándonos. El autor dedica también un capítulo a la explicación de por qué el mono desnudo siempre se encuentra luchando por el estímulo, en lugar de hacerlo por sobrevivir, al igual que el animal del zoo. Por último, el escritor nos habla del complicado proceso evolutivo que conlleva el aprendizaje y el cómo el ser humano atraviesa procesos como la exploración, la invención y la creación.
A pesar de que todos los capítulos de este libro me parecieron sumamente interesantes y que gracias a ellos comprendí numerosas pautas de comportamiento vistas durante el día a día, hubo un capítulo que me impactó el que más: Tribus y supertribus.
En este capítulo, Desmond Morris empieza comparando el estado trival inicial en que vivía el hombre: los núcleos sociales eran de pequeño tamaño y disponía para poder realizar sus actividades un inmenso espacio. Sin embargo el hombre, al pasar de tribu a supertribu, se ha visto en unas condiciones completamente diferentes: hoy en día las ciudades cuentan con un número desproporcionado de habitantes y el espacio vital de los individuos se vio reducido violentamente. Lo más curioso y sorprendente es el poco tiempo que ha llevado este proceso o cambio. El mono desnudo se ha adaptado con éxito a esta nueva condición, sin embargo, no ha tenido tiempo para cambiar biológicamente, y por ello este proceso se ha realizado gracias al aprendizaje y al condicionamiento. Uno de los pasos más importantes que dio el ser humano en su evolución cultural fue el utilizar la agricultura y el empezar a domesticar animales, como por ejemplo cabras u ovejas. Esto tuvo mucho éxito, y se creó así por vez primera una provisión constante de alimentos y con ello un excedente alimenticio regular con el que se podía contar (esto último fue clave para la civilización). A medida que los núcleos de personas fueron evolucionando y progresando, se fueron creando comercios y relaciones con otros centros urbanos, dando lugar poco a poco a una interconexión jerárquicamente organizada entre ciudades vecinas. Es aquí cuando la tribu deja de serlo para convertirse en una supertribu, que posee cualidades propias que hoy en día se aprecian: el individuo tribal pasó a convertirse en un ciudadano, un ser que ya no podía conocer personalmente a cada individuo de la supertribu (había dejado de ser una sociedad personal para convertirse en  una impersonal).
Con la antigua Roma, se llegó a una fase en la que la comunidad humana ha crecido y desarrollado tanto en densidad que, zoológicamente hablando, llegamos a la condición moderna. 

Se llegó con esto a un nivel de impersonalidad en las relaciones humanas nunca antes visto dentro de una misma tribu. El hecho de que podamos sobrevivir teniendo en cuenta estos factores para los cuales no estamos preparados biológicamente, es debido a la gran habilidad, tenacidad y plasticidad de nuestra especie.
Pero este gran desarrollo aporta un problema, que es el de gobernar a tanta gente. Con ello, surgen las leyes y códigos de disciplina, con el fin de facilitar el equilibrio en ésta tan impersonal sociedad moderna. Actúa así la ley como un instrumento equilibrador, tendente a contrarrestar las distorsiones de la existencia supertribal, y que ayuda a mantener (en condiciones antinaturales como la supertrival), las formas de conducta social que son naturales a la especie humana.
Por otro lado, las religiones junto con los idiomas, han ido fortaleciendo los lazos entro de un mismo grupo y debilitándolos entre grupos. Sin embargo, al ir creciendo más y más las supertribus no bastaban la ley, la religión, los idiomas para mantener unida a la población. Se empezaron a necesitar fuerzas cohesivas más grandes, como por ejemplo la guerra. Nada une más a un pueblo que una guerra. Fortalece los lazos y la unión, aumentando el patriotismo de un individuo. Esta estrategia, cabe destacar, ha sido y sigue siendo usada por gobernantes para mantener una unión entre los habitantes que gobiernan. Después de todo esto que se ha dicho, ¿Por qué el hombre sigue viviendo en un sistema que presenta tantos inconvenientes? Se debe a que el hombre presenta cualidades como su insaciable curiosidad, inventiva y su atletismo intelectual. El sistema de vida urbano parece acentuar aún más estas cualidades. Eso hablando en un ámbito general. Individualmente, cada persona está expuesta a cargas y tensiones dentro de su sociedad, como por ejemplo ruido, falta de ejercicio, limitación del espacio, exceso de gente (condiciones antinaturales en un principio, que no se daban en la tribu). Y aún así aguantamos.

Cada clase de animal ha ido evolucionando para existir en una cierta dimensión de espacio vital. En el zoo humano o en las ciudades esto no es posible, el espacio se halla gravemente reducido. La creación de parques y zonas verdes es un intento (pobre), de minimizar el sentimiento de claustrofobia presente en diferente medida en cada uno de los habitantes de la supertribu. El hombre busca compensar esto también yendo de viajes o realizando actividades que le proporcionen una distracción de tanto estrés supertrival. Los animales de zoo, desgraciadamente, no tienen más remedio que conformarse con dar vueltas y vueltas dentro del perímetro de sus jaulas.
Finalmente para concluir,  he de decir que en el libro el autor de expresa con suma claridad y leerlo me resultó sumamente llevadero y me dio a entender muchas pautas de comportamiento presentes en los seres humanos. Pero más que nada, me dejó bien claro que nosotros (los monos desnudos) somos animales al fin y al cabo.


Christian Muñoz Maggi

3 comentarios:

  1. Muchísimas gracias por este aporte!! queda entonces en mi lista de libros a leer prontamente, Saludos

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  2. Pues ami mi maestra m mando a leer este libro pero viendo este punto creeme q esta buenisimo el libro asi q a leerlo

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