En este libro, el autor nos compara a nosotros lo seres
humanos (monos desnudos) con animales de otras especies en estado de cautiverio.
Desmond Morris analiza la sociedad que el mono
desnudo ha ido forjando a lo largo de la historia y las consecuencias que dicho
avance ha acarreado a la forma de vivir, siendo esto posible gracias a
aspectos únicos que poseemos como especie. A lo largo del libro el autor cita
numerosos comportamientos que no son naturales ni salen espontáneos de los
animales, incluyéndonos claro. Éstos comportamientos los hemos ido adquiriendo como
mecanismo para seguir creciendo y creciendo, viéndonos cada vez en condiciones
más similares a las de un animal en cautividad. El autor a lo largo del libro
se refiere a la ciudad como el zoo humano y de ahí el nombre del libro. ¿Por
qué ese nombre? Desmond Morris sostiene, y a mi parecer es correcto, que el
nombre comúnmente usado de selva de asfalto no se corresponde a lo que realmente
representa para el ser humano. Nuestro estado, como se dijo anteriormente, se
vería mejor reflejado en un ambiente cautivo, como el de un zoo.
A lo largo del libro el autor
nos habla de cómo este mono desnudo pasa
de ser un recolector y cazador a un habitante de una “supertribu”, dejando su
estado original trival. También dedica un capítulo a cómo varía la forma de
gobernar al pasar del estado trival al supertribal y las diferentes formas que
emplean los gobernantes para someter a sus súbditos, comparando todo esto con
ejemplos muy claros y bien detallados del reino animal. En el libro se menciona
extensamente un apartado que concierne al sexo y sus diferentes formas,
comparando nuevamente estos aspectos con casos dados en la naturaleza. Habla además de el porqué se crean grupos
diferentes dentro de la misma especie humana y que gracias al establecimiento
permanente en un mismo sitio, adquirimos un sentimiento de “defender lo nuestro”
frente a grupos extraños. Nos habla de cómo nuestros cerebros han ido
evolucionando y cómo las experiencias vividas nos afectan, incluso produciendo efectos
en el futuro, marcándonos. El autor dedica también un capítulo a la explicación
de por qué el mono desnudo siempre se encuentra luchando por el estímulo, en
lugar de hacerlo por sobrevivir, al igual que el animal del zoo. Por último, el
escritor nos habla del complicado proceso evolutivo que conlleva el aprendizaje
y el cómo el ser humano atraviesa procesos como la exploración, la invención y
la creación.
A pesar de que todos los
capítulos de este libro me parecieron sumamente interesantes y que gracias a
ellos comprendí numerosas pautas de comportamiento vistas durante el día a día,
hubo un capítulo que me impactó el que más: Tribus y supertribus.
En este capítulo, Desmond
Morris empieza comparando el estado trival inicial en que vivía el hombre: los
núcleos sociales eran de pequeño tamaño y disponía para poder realizar sus
actividades un inmenso espacio. Sin embargo el hombre, al pasar de tribu a
supertribu, se ha visto en unas condiciones completamente diferentes: hoy en
día las ciudades cuentan con un número desproporcionado de habitantes y el
espacio vital de los individuos se vio reducido violentamente. Lo más curioso y
sorprendente es el poco tiempo que ha llevado este proceso o cambio. El mono desnudo
se ha adaptado con éxito a esta nueva condición, sin embargo, no ha tenido
tiempo para cambiar biológicamente, y por ello este proceso se ha realizado
gracias al aprendizaje y al condicionamiento. Uno de los pasos más importantes
que dio el ser humano en su evolución cultural fue el utilizar la agricultura y
el empezar a domesticar animales, como por ejemplo cabras u ovejas. Esto tuvo
mucho éxito, y se creó así por vez primera una provisión constante de alimentos
y con ello un excedente alimenticio regular con el que se podía contar (esto
último fue clave para la civilización). A medida que los núcleos de personas
fueron evolucionando y progresando, se fueron creando comercios y relaciones
con otros centros urbanos, dando lugar poco a poco a una interconexión
jerárquicamente organizada entre ciudades vecinas. Es aquí cuando la tribu deja
de serlo para convertirse en una supertribu, que posee cualidades propias que
hoy en día se aprecian: el individuo tribal pasó a convertirse en un ciudadano,
un ser que ya no podía conocer personalmente a cada individuo de la supertribu
(había dejado de ser una sociedad personal para convertirse en una impersonal).
Con la antigua Roma, se llegó
a una fase en la que la comunidad humana ha crecido y desarrollado tanto en
densidad que, zoológicamente hablando, llegamos a la condición moderna.
Se llegó con esto a un nivel de impersonalidad en las relaciones humanas nunca antes visto dentro de una misma tribu. El hecho de que podamos sobrevivir teniendo en cuenta estos factores para los cuales no estamos preparados biológicamente, es debido a la gran habilidad, tenacidad y plasticidad de nuestra especie.
Se llegó con esto a un nivel de impersonalidad en las relaciones humanas nunca antes visto dentro de una misma tribu. El hecho de que podamos sobrevivir teniendo en cuenta estos factores para los cuales no estamos preparados biológicamente, es debido a la gran habilidad, tenacidad y plasticidad de nuestra especie.
Pero este gran desarrollo
aporta un problema, que es el de gobernar a tanta gente. Con ello, surgen las
leyes y códigos de disciplina, con el fin de facilitar el equilibrio en ésta
tan impersonal sociedad moderna. Actúa así la ley como un instrumento
equilibrador, tendente a contrarrestar las distorsiones de la existencia
supertribal, y que ayuda a mantener (en condiciones antinaturales como la
supertrival), las formas de conducta social que son naturales a la especie
humana.
Por otro lado, las religiones
junto con los idiomas, han ido fortaleciendo los lazos entro de un mismo grupo
y debilitándolos entre grupos. Sin embargo, al ir creciendo más y más las
supertribus no bastaban la ley, la religión, los idiomas para mantener unida a
la población. Se empezaron a necesitar fuerzas cohesivas más grandes, como por
ejemplo la guerra. Nada une más a un pueblo que una guerra. Fortalece los lazos
y la unión, aumentando el patriotismo de un individuo. Esta estrategia, cabe
destacar, ha sido y sigue siendo usada por gobernantes para mantener una unión
entre los habitantes que gobiernan. Después de todo esto que se ha dicho, ¿Por
qué el hombre sigue viviendo en un sistema que presenta tantos inconvenientes?
Se debe a que el hombre presenta cualidades como su insaciable curiosidad,
inventiva y su atletismo intelectual. El sistema de vida urbano parece acentuar
aún más estas cualidades. Eso hablando en un ámbito general. Individualmente,
cada persona está expuesta a cargas y tensiones dentro de su sociedad, como por
ejemplo ruido, falta de ejercicio, limitación del espacio, exceso de gente
(condiciones antinaturales en un principio, que no se daban en la tribu). Y aún
así aguantamos.
Cada clase de animal ha ido
evolucionando para existir en una cierta dimensión de espacio vital. En el zoo
humano o en las ciudades esto no es posible, el espacio se halla gravemente
reducido. La creación de parques y zonas verdes es un intento (pobre), de
minimizar el sentimiento de claustrofobia presente en diferente medida en cada
uno de los habitantes de la supertribu. El hombre busca compensar esto también yendo
de viajes o realizando actividades que le proporcionen una distracción de tanto
estrés supertrival. Los animales de zoo, desgraciadamente, no tienen más
remedio que conformarse con dar vueltas y vueltas dentro del perímetro de sus jaulas.
Finalmente para concluir, he de decir que en el libro el autor de
expresa con suma claridad y leerlo me resultó sumamente llevadero y me dio a
entender muchas pautas de comportamiento presentes en los seres humanos. Pero
más que nada, me dejó bien claro que nosotros (los monos desnudos) somos
animales al fin y al cabo.
Christian Muñoz Maggi