
Los primates no humanos
muestran un perfil de envejecimiento similar al de los humanos, además de
expresiones faciales similares que nos permiten determinar si están contentos o
no. Esto ha facilitado que diferentes personas juzgaran el estado anímico de
184 simios en cautiverio dejando constancia de su bienestar subjetivo y
permitiendo que se determinara si había o no una relación de este con la
esperanza de vida.
Es curioso que al igual
que en los seres humanos, los orangutanes machos viven menos que las hembras,
en el mismo periodo de tiempo los machos orangutanes son 2,5 veces más
propensos a morir que las hembras en el mismo periodo de tiempo. La edad
también es un factor a tener en cuenta, ya que con cada año el riesgo de muerte
se ve aumentado un 10%. Se determino que en los orangutanes felices la tasa de
mortalidad se veía reducida, concretamente en un 42% (dato importante teniendo
en cuenta que su esperanza de vida es de unos 35 años). Según un estudio, se
puede determinar una diferencia de 5,67 años más de vida para los orangutanes
que son felices respecto a los normales, y 11,34 años con respecto a los tristes
o infelices.

Cabe resumir pues, que
los indicadores de felicidad en orangutanes se pueden relacionar con una mayor
esperanza de vida en estos. El problema es que los mecanismos que subyacen esta
relación no pueden ser abordados con los datos actuales, aunque hay muchas
posibles explicaciones. Una posible explicación es que los comportamientos que
indican un malestar emocional en orangutanes pueden llevar al desarrollo de enfermedades
crónicas u otros problemas de salud.
Otra posibilidad es que
el mal estado anímico en orangutanes refleje la presencia de factores de estrés
que llevan a una activación crónica del eje
hipotalámico-hipofisario-adrenal (Eje HHA), el cual genera en
respuesta mayor carga alostática* y peor salud. Este desgaste o
agotamiento se produce por una hiperactividad del sistema de alostasis, que a
largo plazo puede causar patologías tanto orgánicas como psíquicas. Otra
posibilidad, que contempla la herencia de los factores que predisponen un mejor
estado anímico, sugiere que el carácter positivo es un marcador de calidad
genética que ha evolucionado por selección sexual.
En la actualidad no
disponemos de la habilidad necesaria para testar estas posibilidades, pero
futuros estudios hechos a poblaciones libres y en cautividad de orangutanes
deberían examinar las causas ambientales del bienestar emocional de los orangutanes y su mortalidad. También
tendrían que examinar la relación del bienestar subjetivo con los marcadores de
la activación del eje HAA, y si el bienestar subjetivo de los orangutanes y la
salud comparte una base genética común.
Los presentes hallazgos
resaltan la similitud de los estados afectivos positivos y sus consecuencias
en orangutanes y humanos. Naturalmente, solo los estudios de felicidad en un
amplio rango de especies, y la comparación eventual de estudios puede
determinar si estas similaridades son analogías** u homologías***.
* La carga
alostática no es otra cosa que una continua respuesta de estrés
des-regulada.
** La homología establece semejanzas entre órganos y procesos funcionales de animales de
acuerdo a una misma estructura, posición y origen.
*** La
analogía evalúa las semejanzas
existentes entre órganos y procesos funcionales con distinto origen evolutivo en
animales de diferentes especies.
Fuente: Happy orang-utans live longer lives. Alexander Weiss, Mark J. Adams and James E. King
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